GUARDIANES DE LA TIERRA Y LA VIDA
Cosmogónicamente el territorio para los U’wa es un ser vivo; la tierra es nuestra madre y nuestra misión es mantener el equilibrio de sus cuatro pilares: agua, cielo, tierra y montañas, pues al romperse el equilibrio de la naturaleza, se rompe la comunicación; se rompe la conexión directa entre lo material y lo espiritual.
Conoce el significado de cada elemento para los U’wa
Pasto
Vellos de la Madre Tierra
Árboles
Cabello de la Madre Tierra
Rocas
Huesos de la Madre Tierra
Agua
Sudor de la Madre Tierra
Flores y animales
Adornos de la Madre Tierra
Petróleo
Sangre de la Madre Tierra
Otros dioses acompañan a Sira, Creador y dueño del universo: Rairia, cuida y administra una fracción del universo; Kanuar’a es el creador de los cerros y Yaksowa es el creador de las aguas.
ZIZUMA
Es un área sagrada ubicada en lo más alto de la Sierra Nevada del Cocuy, donde conviven nuestros seres divinos y se materializa el conocimiento ancestral y cultural de las autoridades tradicionales (Werjayas).
Como esencia de nuestra espiritualidad, Zizuma, nombre U’wa de la majestuosa montaña que domina el territorio ancestral, desempeña un papel único y central en nuestra cosmovisión . Es el lugar donde nos conectamos con nuestros ancestros, con los sabios y con otros pueblos indígenas.
GUARDIANES DE LA TIERRA
“Todo ser vivo tiene sangre: todo árbol, todo vegetal, todo animal, la tierra también y esa sangre de la tierra (ruiria, el petróleo) es la que nos da fuerza a todos, a plantas, animales y hombres”.
El daño que puede llegar a causar la explotación de petróleo no se puede medir y lleva al desequilibrio del mundo, pues ruiria es vital para mantenerlo; es la energía de la tierra y el generador de equilibrio entre el mundo de abajo y el intermedio que habitamos. Si este se rompe se verá reflejado en los desastres naturales; en la contaminación del agua, que es vida, y de la tierra de la cual nos alimentamos.
La explotación de la tierra genera una ruptura con lo espiritual, todos los seres que hay en la tierra tienen su espíritu. Por esta razón, desde principios de la década de los noventa, rechazamos la exploración y explotación petrolera, que además de desangrar la tierra, causa un daño ambiental irreparable que atenta contra nuestras creencias.